Ingredientes:
- Una pizca de imaginación
- Dos onzas de paciencia
- Tres tazas de amor
- Dos cucharadas de entusiasmo
- Tres tazas de energía
- Dos puñitos de creatividad
- Una pequeña sonrisa
Modo de preparación:
Mezclar todos los ingredientes en un tazón, a punto de crema, poner azúcar al gusto, meterlo al congelador por dos horas de tranquilidad. Servirse en forma de juego y a disfrutar.
Pequeñez
de: L. Claudette Conde E.
Una noche de verano mi hermanito y yo salimos a inspeccionar el jardín, deseamos tanto el poder verlo todo más de cerca que, al unir nuestros pensamientos, sentimos un leve cosquilleo, y, ¡Zas!, éramos tan pequeñitos que nos metimos en un hormiguero y empezamos a vivir nuevas aventuras, todo era salir, buscar, hallar, entrar que, llegamos a enfadarnos y nos alejamos de ahí. Luego entramos en una colmena, todo era diferente: viajar, admirar las flores, recoger polen y hacer miel, pero llegó el momento en que nos cansamos de tanta miel, que decidimos seguir recorriendo el jardín. Nos subimos en un perro, y eso si fue muy incómodo, porque alzaba la pata, se rascaba y se rascaba hasta que nos tiró. Y, así paseamos por varios mundos, todos distintos. Volvimos al arroyo, donde por primera vez conocimos la tierra, y descubrimos que la mejor manera de vivir, era seguir siendo libélulas.
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